-¡Ei! ¡Ahí había una puerta!- gritó a media voz, confuso. -Bueno, ahora hay un muro.- fue la única respuesta que obtendría a lo largo de todo el conflicto. -Es...- comenzó a decir, sonriendo. -Realmente, es un murito.-
El día no empezó mal, simplemente necesitaba estar solo. Llegó a su santuario, y supo que había sido una idea fatal. "¿Por qué no desaparecéis? ¡Largo! ¡Este lugar me pertenece!" Deseó que todos se esfumasen, se concentró, empleando todas sus energías en ello. Escuchando: One of these mornings, won't be very long, you will look for me and I'll be gone.